¿Cuándo, cómo y por qué debo que adquirir una cama clínica?
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¿Cuándo, cómo y por qué debo que adquirir una cama clínica?

Muchos nos hemos visto enfrentados a la disyuntiva de conseguir, arrendar o comprar una cama clínica…ya sea si eres una persona cuidadora, familiar o personal que atiende a personas mayores que han sufrido alguna enfermedad, que se encuentran con movilidad reducida o ya en estado de dependencia severa.

En el Portal del Adulto Mejor queremos darte algunas recomendaciones para tener en cuenta a la hora de elegir una cama clínica o un colchón clínico.

¿Cómo elegir una cama clínica?

Lo primero que debes saber es qué es una cama clínica y en qué se diferencia con las camas tradicionales.
Las camas clínicas están especialmente diseñadas para prevenir las caídas de sus usuarios, y en especial en el adulto mayor, ya que estas vienen con barandas incluidas (que se levantan y se bajan según su uso y necesidad).
Las camas clínicas (son también conocidas como ayudas técnicas) permiten además controlar la elevación del sector de la espalda y la elevación de los pies, previniendo posibles fracturas del húmero, la muñeca o la pelvis, las que representan el 5% de los riesgos de caídas.

 

Camas clínicas y personas mayores

Lo segundo es considerar el espacio físico donde deseas instalar la cama clínica, desde el tamaño de la habitación hasta el tamaño del marco de las puertas. Es importante que exista espacio para que se puedan realizar los distintos movimientos o cambios de postura que se necesitan para la comodidad de la persona mayor que la usa, desde la altura del respaldo de la cama como la flexión de la zona de las piernas.
Debes siempre tener en cuenta que el contar con una cama clínica no debe limitar la capacidad de movilidad de la persona mayor que la usa. Siempre tenemos que buscar aportar a su comodidad e independencia para lograr potenciar su bienestar físico, mental, psicológico y social.

 

Beneficios de las camas clínicas

La verdad es que estéticamente, las camas clínicas no son muy bonitas, e inconscientemente las relacionamos con enfermedades y hospitales, lo que nos afecta y predispone emocionalmente ante nuestra decisión de compra. Estos prejuicios pasan a ser banales si los comparamos con todos los beneficios que las camas clínicas entregan, tanto para las personas mayores que las usan como para quienes están a cargo del cuidado del o los adultos mayores.
Si tanto importa su estética, un lindo plumón o cubrecama y cojines de colores o en los tonos pueden ayudar a tomar la decisión final.
Camas clínicas y su aporte en la recuperación.

A las personas mayores que la usan las camas clínicas entregan comodidad para el descanso diario y su pronta recuperación. Con la posición adecuada favorece la circulación de la sangre y mejora el retorno venoso; disminuye el riesgo de lesiones por presión, conocidas como las “úlceras o escaras”, realizando los debidos cambios frecuentes de posición y otros cuidados (como mantener bien humectada la piel).

 

Camas clínicas y sus beneficios para los cuidadores

Para el cuidador, familiar o personal a cargo del cuidado de la persona mayor, la cama clínica disminuye el esfuerzo físico por parte del cuidador, porque permite posicionar de manera cómoda al adulto mayor, sentada o semisentada, de espalda con la cabecera levantada, de lado derecho o lado izquierdo. Incluso, en el caso de ser necesario, facilita el traslado de la persona mayor desde la cama a una silla, sillón o silla de ruedas; entrega una mayor comodidad para el cuidado de la persona mayor en las actividades del día a día, como su higiene corporal y su alimentación, en especial cuando la persona se encuentra postrada y no pueda ser levantada.

 

¿Cuántos tipos de camas clínicas existen?

En general, en el mercado se pueden encontrar dos tipos de camas clínicas: la cama clínica manual y la cama clínica eléctrica. Su estructura debe ser de acero esmaltado, tiene inclinación de respaldo y de piernas, frenos de 2 ó de 4 ruedas; tienen un sistema manual de 2 ó 3 manivelas (para subir y bajar, regular la altura de la cama).
Sus barandas abatibles pueden ser de aluminio o con revestimiento plástico y algunas pueden incluir soportes para el suero o recolector de orina (para los casos de personas mayores que usan sondas urinarias).
La cama clínica eléctrica tiene control remoto y requiere de corriente eléctrica.

 

Recomendaciones para el uso de las camas clínicas:

SIEMPRE debes leer el manual o instructivo para usarla adecuadamente, sacarle el mejor provecho y usarla en forma segura, tanto para quienes la manipulan como para quienes la usan.
Antes de su uso, debes revisar el total funcionamiento de la cama clínica (sus barandas, frenos, manivelas, controles, etc.), para prevenir posibles accidentes.
Es importante que consideres la altura del catre o de la cama clínica, para facilitar el movimiento o traslado de la persona mayor con o sin el apoyo de otra persona o cuidador. Si existen riesgos de caídas, debes mantenerla a una altura más baja, en relación al suelo.

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